Nací en Venezuela donde desarrolle los primeros veinte años de mi diseño profesional y humano. Soy heredera de una capacidad de resiliencia intrínseca, patrimonio emocional que con los años se ha convertido en mi principal antídoto contra la incertidumbre de estos tiempos. Vivo en España desde hace 20 años, en un constante ejercicio de resembrarme que ha servido para despertar mi capacidad como emprendedora, sumando habilidades a esa condición poliédrica que todas las mujeres llevamos dentro.
En Bilbao, junto a aliados inestimables funde exibproject.org, una Asociación Cultural dedicada a diseñar y acompañar proyectos y procesos en cultura. Con 12 años de desarrollo, exibproject.org suma más de 50 proyectos de cooperación, experiencias de capacitación y consultas al sector cultural. Este largo camino en el desarrollo de una gestión humana y de escucha activa lo hemos transitado desde acciones multidisciplinarias, multiétnicas e innovadoras para el impulso de la igualdad, la diversidad y el reconocimiento del patrimonio material e inmaterial. Somos un equipo distribuido en 11 ciudades de 4 países.
En 2014 vio su primera edición en Bilbao la Expo Iberoamericana de música · EXIB música, de la cual soy directora y fundadora. Un espacio dedicado a la difusión y circulación de las músicas iberoamericanas en Europa. Esta plataforma de conexiones culturales sostenibles reúne cada año a artistas y profesionales de más de 30 países, quienes junto a la ciudadanía local conviven durante tres días en una cálida ciudad de la Península Ibérica, para compartir la riqueza de los sonidos de raíz y generar vínculos humanos colaborativos. Con 8 ediciones, 5 ciudades sede entre España y Portugal y más de 250 artistas impulsados, EXIB Música es un proyecto vivo que asume el desafío de ser puente en la búsqueda de nuevas formas para habitar el espacio transformador de la convivencia, desde su axioma: Somos raíz, presente y futuro.
Transitar estos más de treinta años en la gestión cultural me ha permitido experimentar diversidad de retos: ponerme a prueba ante las adversidades como emprendedora en cultura, asumir los desafíos que traen consigo los roles directivos en las instituciones públicas, acompañar de forma efectiva los proyectos de las organizaciones con las que colaboro y de los artistas en el desarrollo de su ruta. En todo este recorrido puedo afirmar que el reto más sensible siempre será el de gestionar el engranaje emocional de los equipos humanos.
Hoy puedo decir que la experiencia y el aprendizaje me permiten reunir una serie de reflexiones que lejos de constituirse en recetas, me ratifican en el interés por seguir impulsando proyectos vivos en los que sea posible aprender haciendo, y desde donde proponer construcciones de un nuevo saber experimental.
Me afirmo en la necesidad de querer aportar a una convivencia sostenible, desde cada gesto, idea o acción, a través de una praxis sensible y reflexiva de la gestión cultural. Esa certeza constituye la motivación de mi proyecto de investigación en curso #convivircultura, en la búsqueda de la interconectividad entre las emociones, los cuidados, la memoria y otros aspectos humanos, para la activación de una consciencia regenerativa
La información detallada de mi experiencia se puede consultar en mi perfil de linkedin
Las buenas prácticas en cultura, las que ponen en valor la reflexión, el compromiso social, el respeto por la igualdad y la diversidad.
Los procesos que cuidan, integran, reconocen y colocan en el centro al ser humano para inspirar su capacidad transformadora.